El amanecer nos sorprendió en la Isla Santiago con el Monk Rock justo delante de nosotros. Fue un día perfecto. La mayoría de los huéspedes optaron por hacer snorkel y un breve paseo en panga. Cuando estábamos a punto de rodear el borde de la bahía, Wilmer, el conductor de la panga nos señaló una gran aleta que salía de la superficie justo a nuestro lado. Al principio no sabíamos lo que era, hasta que este gigantesco animal nos mostró un poco más de su cuerpo. Era una manta raya enorme. Medía unos 3 metros de punta a punta.
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Un momento especial en Isla Santiago
Inmediatamente, todas las pangas llegaron a donde estábamos nosotros, y aunque no pudieron admirar la mantarraya durante mucho tiempo, todos tuvieron la oportunidad de verla. Fue un momento muy especial para todos. Se mantuvo el silencio mientras finalmente nos dirigíamos a nuestro destino de snorkel. ¡Galápagos es y será una caja de tesoros sin fin!