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A medida que su barco se acerca al Parque Nacional Galápagos, note que muchas de las costas están bordeadas por pequeños árboles, sostenidos por largas raíces rastreras que parecen crecer directamente del agua salada del océano. Estos árboles son conocidos como manglares, que son renombrados por su capacidad para crecer en cuerpos de agua casi permanentes o permanentes y/o en niveles extremadamente altos de sal (prosperando en agua 100 veces más salada de lo que la mayoría de los árboles pueden tolerar). Los manglares de Galápagos son particularmente notables debido a su edad. Estos árboles crecen desde el suelo volcánico con nutrientes limitados y, por lo tanto, crecen muy lentamente; cualquier hábitat de manglar desarrollado en las islas es probablemente milenario. De hecho, gracias a su notable desarrollo y riqueza, los bosques de manglar en el sur de Isabela fueron certificados por RAMSAR en 2002.
HABLA CON UN EXPERTO EN DESTINO
Diego Zapata
Rosa Mena
Sandy Lara
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Sandy Lara
Lidiando con el agua salada
Los manglares de Galápagos son árboles que toleran la sal que crecen donde el agua se encuentra con la tierra y, por lo tanto, se encuentran típicamente a lo largo de las costas. Para soportar estas condiciones extremadamente estresantes, los manglares han desarrollado una serie de adaptaciones brillantes. Una de sus adaptaciones más notables es su sistema de raíces, que normalmente crece sobre la tierra como zancos en formaciones retorcidas. Esta es una técnica que permite a los árboles absorber oxígeno a través de los poros de sus raíces, ya que el oxígeno en el agua o lodo en el que viven es mínimo o difícil de absorber. Otros manglares, como el mangle negro, viven en tierras más altas donde los niveles de agua son más bajos. Los manglares negros en su lugar tienen raíces en forma de tentáculos (neumatóforos) cubiertas de poros que crecen desde la superficie para respirar oxígeno del aire.
Los árboles también tienen una variedad de técnicas para filtrar los niveles extremadamente altos de sal en su entorno; algunas especies usan una combinación de técnicas, mientras que otras solo usan una. Algunos manglares de Galápagos (es decir, los manglares rojos) pueden filtrar hasta el 97% de la sal del agua donde crecen. Sus raíces altamente impermeables actúan como el sistema de filtración perfecto, impidiendo que la mayoría de la sal entre en el árbol. Por otro lado, algunos manglares concentran el exceso de sal en las hojas viejas, que luego se desprenden. Las ramas generalmente verticales de los manglares también ayudan en este proceso, actuando como órganos aireadores para filtrar la sal y que el agua que llega a las hojas sea fresca. Aun así, otros manglares, como el mangle blanco, secretan sal directamente de la planta – tienen dos glándulas de sal en la base de cada hoja.
Quienes visitan Galápagos también notarán que los manglares tienen hojas muy cerosas o incluso peludas, que se desarrollan específicamente para reducir la cantidad de agua que se evapora de las hojas y conservar la preciosa agua dulce que han adquirido. Las hojas también pueden tener una forma suculenta, lo que les permite almacenar más agua en su tejido carnoso.
Manglares de Galápagos
Hay cuatro tipos de manglares de Galápagos: el mangle rojo, el mangle negro, el mangle blanco y el mangle botoncillo. El mangle negro tiene las hojas más tolerantes a la sal de cualquier otra especie en Galápagos e incluso tiene glándulas especiales para extraer sal. Este tipo de mangle se puede reconocer por sus cortas raíces aéreas, así como por las pequeñas raíces tentaculares que crecen verticalmente desde el suelo y rodean al árbol. El mangle rojo es más común en Galápagos y se puede reconocer fácilmente gracias a su madera rojiza. Son comunes alrededor de la zona de marea baja. Esta especie se utiliza en todo el mundo como fuente de carbón vegetal. Los manglares blancos tienen delicadas flores blancas, así como raíces zancudas y neumatóforos. La última especie, el mangle botoncillo, no es un verdadero mangle, pero se encuentra con frecuencia alrededor de manglares que crecen en elevaciones más altas (como el mangle negro) y también tiene un sistema de raíces por encima del suelo.
¿Por qué son importantes?
Los manglares no solo son especiales por sus raíces únicas y su capacidad de filtración, sino que también juegan un papel fundamental en muchos sistemas costeros, lo que se suma a la diversidad biológica en Galápagos. Los bosques de manglares albergan una rica concentración de nutrientes, así como plancton, lo que los convierte en importantes criaderos de peces, aves y otros invertebrados, como tortugas, pingüinos, flamencos, rayas e incluso tiburones. Las raíces también protegen a los animales de los grandes depredadores y de las olas, reduciendo la fuerza de estas últimas hasta en un 75%.
Javier Garcia
Eduardo Silva
Carolina Escobar
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Grandes oportunidades para ver manglares y aprender más sobre ellos están en las Islas Occidentales de Galápagos en el crucero por Galápagos Santa Cruz II, con excelentes oportunidades en la Isla Fernandina, Bahía Tortuga y el norte de Floreana. También es extraordinario para aprender y ver las cuatro especies de manglares en el Hotel Finch Bay Galápagos: sus jardines son predominantemente manglares de botoncillo (parte de un plan de reforestación a largo plazo), mientras que las otras especies se pueden ver a solo unos pies de distancia enmarcando una hermosa playa. Un corto paseo al oeste del hotel conduce a una bahía tranquila con manglares altos, donde cada mañana y tarde las garzas se reúnen yendo y viniendo de sus áreas de descanso.
